José Enrique Rojas González.
Toluca, México; 8 de mayo de 2019. En México cada vez hay más viejos y menos jóvenes. El INEGI hizo públicos los datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2018, en los cuales se observa un descenso del 27.5 al 25.3 por ciento del número de personas menores a 15 años en el país, del 2014 al 2018, respectivamente.
El “milagro mexicano”, aquella etapa histórica acontecida entre 1950 y 1980 en la que el mundo volteó la vista a México, país cuya economía triplicó su volumen mediante políticas proteccionistas del Estado (desarrollo estabilizador, sustitución de importaciones y control de la inflación) que a la postre resultaron ineficaces debido a la paupérrima administración del gobierno, también fue el lapso en el que la población del país aumentó a ritmos exponenciales.
Siete veces creció la población mexicana desde 1900, cuando en el país había 13.6 millones de habitantes (3 millones menos que la del Estado de México en 2018), a 97 millones en los albores de la nueva centuria, en el año 2000. Los economistas han sostenido, con sus vaivenes de enfoque sobre el asunto, que la estructura poblacional influye en las economías nacionales: entre más gente joven mayor potencia económica, mayor el Producto Interno Bruto y mayor la tasa de crecimiento de una nación.
No obstante la teoría, la práctica, como casi siempre, no se adaptó al molde mexicano; la explosión demográfica maximizada desde 1950 (25 millones en ese año; 35 millones en 1960; 48 millones en 1970; 67 millones en 1980; 81 millones en 1990; 97 millones en 2000 y 125 millones en 2018) no se reflejó en la tasa de crecimiento anual del PIB mexicano.
La bonanza de población ha comenzado a decrecer. Los datos del INEGI indican que la tasa de fecundidad de las mujeres descendió de 2.21 hijos en el trienio de 2011 a 2013, a 2.07 hijos en el lapso de 2015 a 2017.
Las mujeres que residen en entornos urbanos tienen menos hijos que sus homólogas rurales; las citadinas tienen en promedio 1.94 hijos por 2.51 de las mujeres que viven en poblaciones menores a 2 mil 500 habitantes. Los estados menos desarrollados son los que más hijos procrean: Chiapas con una tasa de 2.8; Zacatecas con 2.71 y Coahuila con 2.53 nacimientos en promedio por mujer.
La educación sexual y los avances tecnológicos en materias de salud pública han repercutido a su vez en el índice de procreación de los mexicanos. En 1970 había una tasa de 68 infantes menores de 1 año muertos por cada mil nacimientos, cantidad que disminuyó a 15.6 por cada mil en el 2018; en contraparte, el porcentaje de mujeres en edad fértil que usan métodos anticonceptivos aumentó de 51.6 por ciento en 2014 a 53.4 por ciento en 2018.
La vida sexual de las mujeres empieza a los 17 años, durante la etapa del bachillerato. El 59.4 por ciento mujeres no utilizaron en 2018 un método anticonceptivo durante su primera relación, proporción menor al 65.7 por ciento en 2014.
En el siguiente enlace puedes consultar los resultados completos de la ENADID: https://bit.ly/2Ju68z1