Miguel Alvarado: texto. Ramsés Mercado: información e imagen. Karen Colín: diseño.
Lerma, México; 16 de junio de 2022.
Uno de los asesinos de la niña Fátima Quintanar fue dejado en libertad. La razón es que hace siete años, cuando violó, torturó y mató a la niña, que entonces tenía 13 años, era menor de edad. Por ese crimen, sucedido en la comunidad de La Lupita Casas Viejas en Lerma, Estado de México, Josué Misael Atayde fue internado en la correccional para menores de la Quinta del Bosque, en Zinacantepec, muy cerca de Toluca.
Sin embargo, estuvo prófugo dos años y cuando entró a la Quinta del Bosque ya tenía 20 años de edad.
«A unos meses de cumplir 25 años, Josué Misael Atayde Reyes fue dejado en libertad. A nosotros los padres de Fátima se nos dijo, en una audiencia judicial, que teníamos que respetar sus derechos, que iba a ser reinsertado a la sociedad y que tenía derecho a un proyecto de vida, pero sobre todo a que los padres de Fátima le respetáramos un derecho que él no le respetó jamás a mi hija», dijo la madre de la niña asesinada, Lorena Gutiérrez.
El 5 de febrero de 2015 Misael Atayde, junto con su hermano Ángel Atayde y de su amigo José Luis Hernández Tecruceño, ultimaron a la niña cuando regresaba de la escuela.
La madre lamentó que leyes como las del Estado de México permitan salir a asesinos confesos como Josué Atayde, que encuentran libertad porque son menores de edad.
«Yo lo único que quiero decirle a la familia del asesino es que le deseo larga vida. Ojalá y vivas muchos años, Misael, porque en vida tienes que pagar lo que hiciste a mi niña», reclamó la madre, quien recordó que ese 5 de febrero impidió que la comunidad linchara a los feminicidas.
La familia Quintanar fue desplazada al estado de Nuevo León por las amenazas sufridas después del feminicidio. Allá, Daniel, el hermano de Fátima, murió por una negligencia médica.
«Me indigna que no haya medidas de no repetición para nosotras las mujeres y las niñas en este país, y que tampoco nos garanticen las medidas de protección. La familia de Fátima tiene siete años en confinamiento. Espero que los tres asesinos paguen de verdad lo que hicieron con mi hija», gritó Lorena.
La abogada de la familia, Jimena Ugarte Trangay, exigió a las autoridades del Estado de México que garantice el resguardo durante traslados y procesos, así como se haga cargo de el transporte, la alimentación y la mudanza de la familia en caso de ser necesario. Y sobre todo, que emita órdenes de restricción para que el asesino Misael y su familia no se acerquen a los padres de Fátima de ninguna manera y no establezcan comunicación con ellos.
Ángel Atayde fue sentenciado a 73 años de cárcel y José Luis Hernández Tecruceño a prisión vitalicia. Josué tenía 17 años de edad cuando mató a Fátima y saldrá libre de acuerdo con el expediente 02/2018. Sin embargo, la sentencia que se le dictó también ordena que el feminicida pague una indemnización monetaria, lo cual no ha hecho porque, de acuerdo con el propio asesino, no cuenta con los recursos para hacerlo.
La familia teme que este criminal pueda hacerles daño, toda vez que varias amenazas fueron realizadas en contra de los padres.
Este es un día todavía más negro para la depauperada justicia mexiquense.