Toluca, México; 9 de abril de 2024
Miguel Alvarado
Trabajadores de la Universidad Mexiquense del Bicentenario fueron obligados a renunciar, acosados por el nuevo rector de esa institución, apoyado por los nuevos funcionarios, nombrados recientemente, en la administración morenista de Delfina Gómez. Esta Universidad pertenece a la Secretaría de Educación y a la Dirección General de Educación del Estado de México, y opera con presupuesto público mexiquense y cuenta con una partida asignada por la Federación. Se trata de una universidad de apoyo solidario y es gratuita. Esos acosos tienen como objetivo “limpiar” a la dependencia de personas que no pertenezcan a Morena.
Uno de los afectados ha denunciado abusos e irregularidades y narra una historia que se ha ido agravando cada vez más, en perjuicio de quienes ahí han laborado por años. Esa historia comienza cuando Beatriz Barrera Castañeda, quien era directora académica de la Universidad, quedó como encargada de despacho entre septiembre y diciembre de 2023. El 24 de enero de este año fue presentado como nuevo rector el maestro Héctor Javier Rayón Martínez. “Nadie lo conocía, lo presentaron de manera muy austera y nos enteramos que teníamos nuevo rector por las redes sociales. El rector ni siquiera tuvo la atención de acercarse con nosotros ni de visitar los planteles. Más bien, fue presentando a quienes serían los nuevos coordinadores, amigos del director general de Educación del Edomex, Juvenal Muñoz Vargas”, señala el denunciante.
Juvenal había tenido ya un acercamiento con los trabajadores, a quienes amedrentó, discriminó, humilló e insultó porque calificó a todos ellos de “pertenecer al PRI”. A algunos de los coordinadores de las unidades les buscó pretextos como la edad y el grado máximo de estudios para adelantarles su remoción. Luego, retó a algunos para tener un “debate” en el que demostraran sus conocimientos con él.
En otra reunión, a los trabajadores les quitaron los celulares antes de anunciarles que todos serían despedidos porque nadie sabía nada acerca de temas de educación. Nuevamente, fueron humillados y los calificó de empleados que eran parte de un proyecto que no servía para nada, pero que había crecido desmesuradamente. Les dijo, finalmente, que las Universidades del Bicentenario no tenían pies ni cabeza porque los gobernadores que las abrieron y administraron actuaban desde las ocurrencias.
“Este señor Juvenal nos responsabiliza de todo cuando quien impidió el crecimiento y desarrollo de cada una de las unidades fue el área de la Dirección Académica. Y ahora resulta que los culpables son los coordinadores. Juvenal jamás nos dio la oportunidad de presentarle nuestros trabajos y mostrarle nuestra capacidad. Tampoco visitó ninguna de las unidades para hacerles una evaluación real”, dice el trabajador.
Más adelante, las autoridades volvieron a culpar a los coordinadores de “no hacer nada” en los periodos intersemestrales, pero no tomaron en cuenta que no se hacía nada por las trabas que se ponían desde la Dirección Académica. Desde que se fundó la Universidad, se carecía de un plan rector, pero eso no era culpa de los empleados, que recuerdan que las funciones de cada uno nacen desde la Rectoría, pero de las unidades.
Así, los nuevos directivos comenzaron a pedir la renuncia de directores y coordinadores. Exigieron las plazas de 19 personas para meter a sus allegados, pero nuevos coordinadores no saben cómo se maneja la Universidad y por lo tanto están inactivos, aunque ya cobran. Ni siquiera saben cómo se llama correctamente, porque la definen como “centro universitario”, refiere el denunciante. Los nuevos coordinadores ganan 12 mil 400 pesos quincenales.
Al mismo tiempo, se han detenido procesos de titulación y de entrega de certificados. Esto también se desprende de la decisión de las autoridades de reanudar esos procesos hasta que la Universidad haya sido “limpiada” y afines a ellos ocupen todas las plazas.
“Se trata de amiguismos y así quieren dirigir a esta Universidad. Mienten cuando dicen que contratan a perfiles capacitados y la instrucción real es que los nuevos jefes lleguen a firmar y que el resto del personal haga lo que quiera. Están quitando la parte operativa de la Rectoría y quitarán al personal administrativo de las unidades”, dice el denunciante, que añade que entre toda esta operación de limpia, a los trabajadores les exigen la renuncia porque lo que también buscan es no liquidarlos. Así, obligan a firmar una renuncia al cargo que desempeñan y ahí mismo redactan un texto en que también se renuncia a la relación laboral con esa institución.
La decisión es irrevocable y el nuevo rector ha dicho que quienes no sean “de su corriente”, es decir, morenistas, no encontrarán trabajo ahí. Y que a quienes no renuncien se les buscará algún motivo para despedirlos. Por eso prefirieron parar los procesos de trabajo. “Les vale”, dice el denunciante, que señala que los insumos para las escuelas en donde no hay trabajadores de Morena han sido cancelados. No tienen papelería, artículos de limpieza y no hay visitas o inspecciones, como si se tratara de unidades fantasmas.
Hay 28 empleados despedidos y en la Rectoría, otras 15 personas fueron removidas. Algunos trabajadores fueron engañados con la promesa de una recontratación que evidentemente no ha sucedido. El afectado y otros despedidos temen por su integridad y por que pueden ser boletinados para que no encuentren un nuevo trabajo.
“Es la primera en la historia que hace una cosa como ésta con los empleados”, dice el afectado, que hace un llamado a la gobernadora Delfina Gómez, quien prometió durante su campaña no despedir a ningún servidor público.
Al mismo tiempo, alumnos del Tecnológico de Toluca, padres de familia y docentes, realizaron esta mañana una manifestación para exigir la destitución del director del plantel, Hugo Ernesto Cuéllar Carreón, a quien acusan de corrupción y de desatender las instalaciones de la escuela, que se encuentra con las actividades paralizada desde hace un mes.