Redacción VCV Noticias.
*El 40 por ciento de la población mayor de 60 años, poco más de 4 millones de personas, no poseen pensión y dependen económicamente de otros miembros de su familia. En promedio subsisten con 4 mil 500 pesos en las ciudades y con 2 mil pesos en el campo.
Toluca, México; 24 de junio de 2019. En México la relación entre la senectud y la pobreza es una realidad patente que afecta en mayor medida a las mujeres y a los sectores rurales del país. Así lo informó el académico de El Colegio de Tlaxcala, Kristiano Raccanello, en una conferencia dictada en la UAEMéx a propósito de este rubro.
En el marco del Seminario Permanente “Salud y sociedad. Salud mental, emociones y trabajo precario” realizado en la Facultad de Ciencias Políticas de la universidad, Raccanello dijo que por lo menos el 40 por ciento de las personas mayores de 60 años son dependientes económicos, la mayoría de hijos, nietos o sobrinos, situación que los coloca en una posición vulnerable en la sociedad.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM), en México existen 10 millones 55 mil 379 personas de 60 o más años. Su esperanza de vida una vez cumplidos los 60 es de 22.9 años en las mujeres y 20.9 en el sector masculino. El 8.9 por ciento de la población es adulta mayor. Datos de la Encuesta Intercensal del INEGI del 2015 indican que la pirámide poblacional de México sigue la tendencia de reducir su base, y el país paulatinamente se está convirtiendo en una nación de viejos.
“En la zona urbana del país los adultos mayores de 60 años tienen percepciones económicas mensuales por debajo de los 4 mil 500 pesos; mientras que en la zona rural la situación empeora y alcanza los 2 mil pesos”, expresó el investigador.
Asimismo, la dependencia económica aumenta conforme a la edad y afecta más a las mujeres, a este último sector de la población debido a las variables de género, a que poseen mayor esperanza de vida y porque tienen menos posibilidad de acceder a una pensión debido a que en su juventud no trabajó o no estudió.
“Las mujeres tienen una menor probabilidad de tener una pensión y dado que viven más tiempo que su pareja o el esposo fallece antes […] Hay un envejecimiento asociado a la pobreza que tiene un rostro femenino y no se ha analizado a profundidad”. Raccanello dijo que en promedio las personas dejan de laborar a los 70 años y que muchas de ellas no tienen acceso a una pensión, por lo que su fuente de ingreso lo constituyen otros miembros de la familia y por lo tanto son inestables.
En este marco es indispensable una legislación que atienda a este sector de la población. Cifras oficiales indican que para el 20150 la cuarta parte de la población mundial tendrá más de 60 años.