20 abril, 2024

“No sabemos cómo está nuestra niña”

“No sabemos cómo está nuestra niña”

Miguel Alvarado: texto. Brenda Cano: diseño.

Toluca, México; 29 de marzo de 2022

Lizet Roldán González y Christoper León denuncian que desde el 2019 el Departamento de Integración Familiar (DIF) de Toluca no les permite ver a su niña, de nombre Maritza, de dos años de edad, después de que autoridades del DIF Coacalco se las quitaran, cuando los detuvo en la calle por un pleito que había surgido entre ellos, en la cabecera municipal de Coacalco, Estado de México. La razón principal que les dieron para no regresarles a la niña es que no pueden acreditar la paternidad y maternidad de la niña.

Sin embargo, ellos presentan como prueba un acta de nacimiento obtenida del sistema de Trámites en línea del gobierno federal, en la que la bebé aparece registrada y Lizet Roldán como su madre. Además, entregaron una Hoja de Alumbramiento.

El acta de nacimiento tiene el Folio MXRC 4924874 y el Identificador Electrónico 01514642674195888296. Fue realizada en la Oficialía de Registro 0003 con fecha del 13 de marzo de 2020 y consta en el Libro 0003 con el Número de Acta 504.

El nombre de Maritza Roldán González aparece como el inscrito, nacida en Tultitlán, Estado de México. Y la madre, Lizet, como la persona que registra. En el momento en que la niña fue separada de su madre y trasladada a Toluca por el DIF, la bebé apenas tenía dos meses de edad y en ese entonces no estaba registrada.

Era el 11 de diciembre de 2019 y ese día la pareja fue remitida ante un ministerio público, en donde comenzaron las averiguaciones por el pleito. Ahí determinaron que la pareja quedaría retenida por unas horas en tanto pagaban una fianza y los metieron a celdas separadas.

-Todavía me acuerdo de lo que nos dijo la licenciada: ‘al que salga primero con su fianza se le entrega a su hija y se va con ella´- refiere Christoper, quien salió primero de este proceso, que comenzó a las 10 de la mañana y terminó cerca de la una y media de la madrugada.

Sin embargo, ya afuera, las autoridades le dijeron que no podían entregarle la niña a él.

– ¿Cómo sabemos que tú eres el papá?- le cuestionaron.


– No está registrada, pero aquí al ladito está el DIF. Puedo sacar una prueba de sangre- respondió.

– Pero la que tiene que acreditar es la mamá- le dijeron entonces.

La fianza se fijó para cada uno en cuatro mil pesos. La madre de la niña salió poco después y nada más salir los mismos policías que los detuvieron los llevaron ahora a las instalaciones del DIF. En ese lugar los esperaba la procuradora de Niñas, Niños y Adolescentes del Sistema Municipal para el Desarrollo de la Familia de Coacalco, María Eugenia González Caballero, quien desde 2019 ocupaba ese cargo. Ella había sido postulada por el partido de Morena como candidata a diputada por Coacalco en 2015, aunque luego fue sustituida.

– La procuradora nos dijo que yo me veía agresivo y que no se me podía entregar a la niña. ‘Siempre será a la mamá porque tiene los derechos y no puedes acreditar que la niña es tu hija. Si acreditas, se le entrega a la mamá’- me dijo la procuradora- Mi hija no estaba maltratada. Estaba bien cuidada, gordita, limpia, perfectamente bien- señala Christoper, quien afirma que las autoridades hacían lo posible para que él se retirara y dejara sola a su esposa, y eso pasó, pues presionado, Christoper fue a su casa para traer a las autoridades la Hoja de Alumbramiento, un documento que se le entrega a la madre al dar a luz y que contiene los datos de los padres y una huella del pie de la bebé.

Pero cuando Christian regresó, encontró llorando a su esposa. Ella le respondió que le habían quitado a la niña.

– Al llegar al DIF me permiten ver a la niña porque ella estaba llorando. Entonces me metieron a un cuarto con la niña. Yo le iba a preparar su mamila, pero fue entonces que me dijeron que ya no me podían acercar. Me empezaron a hacer preguntas y me dijeron que yo estaba loca, que no podía tener a la niña. En pocas palabras, me dijeron que era yo una chamaca mocosa que por mi edad no podía tener a mi hija. Y me decían que yo veía a la niña como un juguete.

– ¿Cuántos años tenía en ese momento?


– Yo tenía 18. Me decían que mi esposo era agresivo y querían la Hoja de Alumbramiento para demostrar que Maritza fuera mi hija. Pero entre una y una y media de la mañana, personal del DIF me sacó del cuarto al que me habían metido. Me separaron de mi hija diciéndome que la iban checar por si tenía golpes.

– ¿Ella fue golpeada?

– Mi hija no había sido golpeada y les dije que podían revisarla. Ella ni siquiera iba mal vestida. Fue en ese momento en que los policías me agarraron diciendo que ya no me podía acercar a la niña-dice la madre.

– ¿Y la procuradora?

– Me dijeron que la niña iba a estar ahí, en la parte de abajo de ese edificio hasta que llegara mi esposo con la Hoja de Alumbramiento. Pero entonces vi que a la niña la estaban subiendo a una camioneta del DIF. A la procuradora le dije que yo podía probar mi maternidad con la Hoja de Alumbramiento, que ya venía en camino.

– ¿A usted le aplicaron alguna prueba psicológica?

– No, ninguna.

– ¿Cómo llegaron a la conclusión de que usted estaba loca?

– Pues que porque yo era una chamaca mocosa. No me aplicaron ninguna prueba de ningún tipo- recalca la madre.

Así, la madre ha visto cómo personal del DIF ha subido a la bebé a una camioneta del DIF, y afirma que desde ese momento la trasladaron a Toluca sin decirle nada a ella. En cambio, le dijeron que la niña se quedaría en custodia, en Coacalco, y que ella podía irse a su casa, en lo que llegaba su esposo. Al poco rato, Christoper llegó con el documento, pero los trabajadores del DIF no les mostraron a la niña. En cambio, les incriminaron que ellos mismo podrían haberla robado.

-Era la una y media de la mañana y la Hoja de Alumbramiento ya no la recibieron. Fue después que acudió mi suegro. A él sí le aceptaron la Hoja y le regresaron un documento firmado y sellado por la procuradora en el que se estipula que la Hoja se quedaba en el DIF- recuerda la madre.

Después, nada pudo hacerse. Un abogado tomó el caso pero el DIF se negó a proporcionar el número de carpeta. Tampoco les dijeron dónde estaba la niña. La familia tuvo que moverse por su cuenta. Fueron a buscar a los DIF’s de otros municipios hasta que el abuelo de la niña consiguió, de alguna manera, el número de expediente del caso. Do semanas después, supieron que la bebé se encontraba en Toluca.

– ¿Qué les dijeron en Toluca?


– Parecía que nada más jugaban con nosotros. Nos dijeron que debíamos hacer el registro de la niña y fuimos mi esposa y yo- dice Christoper.

La madre, Lizeth Roldán, señala que la niña fue registrada en el mismo DIF de Toluca. De hecho, fueron dos veces pero en su primer intento no la pudieron registrar debido a que el acta de nacimiento de Christoper presentaba un error en el nombre. La segunda vez, una persona a la que identifican como la “licenciada Araceli” los recibió. Los padres decidieron que únicamente la madre haría el registro y la “licenciada Araceli”, enterada, dijo que no había problema, pues cuando se corrigiera el error en el acta de Christoper, podría reconocerse como padre a él también.

El registro que la madre realizó generó un acta de nacimiento.

Después les dijeron que debían cumplir con un proceso de terapias, el cual pagaron y cumplieron.

Sin embargo, en esas consultas les dijeron que no tenía caso que siguieran porque la niña, de cualquier manera, no les sería entregada. Incluso les dijeron que la bebé podría darse en adopción. En un principio, el abuelo de la niña fue propuesto como “albacea” para recuperar a la niña, pero la procuradora González desechó la opción.

– Nunca pudimos acercarnos para que nos enseñaran a la niña. Nunca nos hablaron por teléfono para informarnos cómo está- dice el padre.

– ¿Ustedes han consultado con otros abogados o con derechos humanos?

– No, no se ha hecho eso. Tuvimos dos abogados, pero no pudieron hacer nada por nosotros. Los del DIF hicieron público nuestro caso, pero nunca dijeron la realidad de las cosas. Nunca dijeron que nosotros habíamos ido a Toluca a registrarla y que a pesar de cumplir con lo que nos decían, pues no nos la entregaban ni nos dejaban verla. Ellos hicieron público el caso cuando la niña ya había cumplido ocho meses. En esa publicación aparece ya el nombre de la niña. Se esperaron a que la registráramos para hacer público que la niña estaba abandonada.

Christoper ha sido comerciante ambulante toda su vida. Se dedica a la venta de ropa de la marca Furor y Levi’s y considera que su condición económica es estable. Tiene una zona de ventas en Michoacán, Morelos y en el valle de México. Ella es ama de casa.

El DIF les dice solamente, mediante la intermediación del abuelo, que la bebé se encuentra bien, pero nada más. Hasta la fecha, la familia no ha podido ver a su hija y no sabe las razones.

Tags

Cuéntaselo a todos

Noticias relacionadas

Suscríbete a nuestro boletín de noticias