15 abril, 2024

Artesanas de Acambay bordan flores al coronavirus

Redacción VcV

Toluca, México; 6 de mayo de 2020. Al pueblo de Ganzda nadie lo ha escuchado, nadie lo pronuncia, nadie lo visita. Se localiza en el municipio de Acambay, al norte del Estado de México y no sobrepasa los 2 mil 500 habitantes. Pero entre sus calles se desarrolla la antigua tradición otomí del bordado. Ahora, y paradójicamente, el coronavirus mortal se ha encargado de poner en el mapa al pueblo porque ahí, en un pequeño taller llamado Flor Bordada, un grupo de artesanas fabrica y borda cubrebocas, transformándolos en una maravilla artesanal.

Natalie Pedraza, Modesta León, Angelina Ramírez, Irene Martínez, Roberta Hernández y Alicia Alonso han conseguido aplicar las técnicas de hilvane y punto de cruz a los cubrebocas, un aditamento esencial en la pandemia del coronavirus que padece el país. El taller es dirigido por Alicia y pasó primero de la elaboración de servilletas y manteles a bordar otro tipo de prendas como blusas y caminos de mesa antes de encontrar en los cubrebocas un pretexto para expresar el arte de esa comunidad. El objetivo del taller, dice Alonso, es rescatar las expresiones de la comunidad, entre las que se incluye el idioma.

Respecto de los cubrebocas, explica Alicia, son reusables y lavables y con eso se busca evitar el uso de aditamentos desechables, los cuales se convierten en agentes contaminantes una vez que son depositados en la basura.

-El gobierno nos ha hecho mal en estar dando siempre cosas que nos benefician. Queremos rescatar l parte laboral. Somos capaces de actuar, de hacer y de ejercer una profesión. No pedimos limosnas, vaya, pedimos trabajo. Tenemos dignidad para poder levantar nuestra comunidad- dice Alicia, quien porta uno de los cubrebocas que fabrica su taller, bordado en colores rojo y verde.

Y tiene razón cuando dice que no se necesitan limosnas. Ganzda fue uno de los pueblos considerados en un proyecto, financiado por la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) de la ahora presa Rosario Robles, y la Fundación Axa México, que tenía como objetivo abatir los índices de marginación y pobreza. Robles, actualmente en prisión por los delitos de ejercicio indebido del servicio público, por el caso de la Estafa Maestra, que involucra a 7 mil 670 millones de pesos en contratos ilegales.

Esa, la de Rosario Robles, ha sido la única mención en prensa para el pueblo los últimos años, y por eso Alicia Alonso tiene razón cuando dice que su comunidad ha sido una de las más olvidadas.

-Los cubrebocas están hechos en tres capas. La primera es un bordado, la segunda lleva un filtro de peyón y la tercera es una manta. El cubrebocas tiene la capacidad de no dejar penetrar bacterias. Ya vinieron autoridades del sector salud a revisar y le dieron una calificación de 10.

Alicia y su equipo son parte del grupo otomí hñahñu, que se caracteriza por cazar pájaros. Por esa razón, la mayoría de sus bordados llevan una figura relacionada. Otro símbolo que bordan es el del universo, representado por una estrella y la naturaleza, inscrita en el color verde que llevan los diseños.

-Eso es lo que significan nuestros bordados- señala Alicia.

El taller había cerrado debido a la contingencia epidemiológica, pero reabrió por necesidad y empezar a elaborar los cubrebocas. En este momento ya distribuyen en la ciudad de México, en Toluca, Puebla y Querétaro.

Alicia Alonso es maestra jubilada, e invitó a algunas personas para rescatar el bordado, comenzando por su traje regional, y a partir de ahí se juntaron más personas. Hubo hasta 18 personas.

-El machismo impera mucho y fueron saliendo algunas. Las que aguantamos metimos una solicitud al Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial porque sabíamos bordar, pero no teníamos con qué coser. Afortunadamente salimos beneficiadas y ahora ya tenemos. Empezamos con blusas y vamos a cumplir un año apenas.

Fotografía: Ramsés Mercado.

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