Brenda Cano: diseño. Ramsés Mercado: imagen. Miguel Alvarado: texto
Toluca, México; 19 de enero de 2023
Partidos políticos, el Instituto Electoral del Estado de México, el Instituto Electoral Nacional y autoridades mexiquenses firmaron un “pacto” de 13 puntos que los obligará a desarrollar elecciones limpias y apegadas a las leyes y normas. Los comicios se llevarán a cabo el 4 de junio de 2023 y se podrá elegir al sustituto del priista Alfredo del Mazo, cuyo rasgo más destacable resultó el de ser primo del defenestrado Enrique Peña Nieto, a quien se le sigue una investigación federal.
Apenas va una semana de precampañas y ya Delfina Gómez, la aspirante única de Morena a la gubernatura, ha denunciado que el gobierno mexiquense bloquea publicidad de su partido en paradas del Mexibús, pues sobre ella ha colocado logotipos e imágenes oficiales. En días pasados, una denuncia de Morena consiguió que se le ordenara al PRI retirar más de 500 pósters y espectaculares que mostraban a su aspirante, Alejandra del Moral, y que se hacían pasar como la portada de la revista Mundo Ejecutivo, pues se traducía en publicidad engañosa.
Ahora, mientras las giras de la morenista son más vistosas, Del Moral ha iniciado las suyas repitiendo la idea de que para ser del PRI hay que ser valientes, una frase desafortunada que en algún momento se le volteará. Además, se ha erigido como la defensora de las familias, otra abstracción que se pierde nada más enunciarla. La morenista Delfina -señalada por actos de corrupción cuando fue alcaldesa de Texcoco, y que pertenece al cuestionado Grupo de Acción Política, fundado y operado por el senador Higinio Martínez, que detenta el control de la operación política de ese partido- ha preferido un discurso en el que anuncia el término de 100 días de oscuridad, repite sin embargo los viejos esquemas de propaganda electoral del priismo más rancio: trata de conmover visitando mercados y colonias populares, y se solidariza con animales en peligro, abraza las causas de la tercera edad y los más desfavorecidos desde la comodidad de un ambiente controlado por su equipo. Lo mismo hace Del Moral y por eso el andar de las aspirantes por el Estado de México parece un desfile de necesitados que deben acudir a las candidatas porque ellas no irán a donde se encuentra ellos.
Mientras la alianza priista acusa a Morena por intentar legalizar una “transferencia de votos” hacia sus propios aglutinados -a los minúsculos Partido del Trabajo y Verde Ecologista para beneficiarlos en caso de triunfo, con un mayor presupuesto- por otra parte sus adeptos publican memes en los que comparan a las candidatas con un Rolex y un Casio.
De acuerdo a diversas encuestas, Morena aventaja hasta con 20 puntos al PRI y a su alianza política con el PAN y el PRD.
Hasta ahora, nadie ha dicho cómo enfrentará la creciente inseguridad que se vive en la entidad ni cómo abatirá la presencia de al menos siete grandes cárteles en dos tercios del territorio que pretenden gobernar. No se han pronunciado acerca de cómo detener los feminicidios ni las violaciones sexuales o las desapariciones y la pobreza miserable en la que vive la mitad de los 17 millones de habitantes del estado. Todo se limita al discurso más elemental que un candidato político pronuncia y que se ha hecho desde que los partidos fueron constituidos.
Que se convoque a la firma de un pacto prevé solamente que las guerras sucias ocuparán la mayor parte del tiempo en las campañas oficiales. Un pacto como el que se ha firmado hoy, no las detendrá y alcanzarán a colaboradores o aliados de los dos bloques. Un tercero en discordia es Juan Zepeda, que compite por el Movimiento Ciudadano y que hasta ahora no ha dado señales de actividad importante.
El pacto se llama oficialmente “Acuerdo por la integridad electoral. Proceso Electoral 2023, Estado de México” y no es otra cosa que una expresión, hablada y por escrito, de las acostumbradas buenas intenciones de cada actor político. Por ejemplo, Alfredo del Mazo dijo, cuando le tocó participar, que “el Acuerdo es un ejemplo de responsabilidad y compromiso que fortalece la solidez institucional, y como Ejecutivo estatal se atenderá con apertura a las instituciones electorales, organizaciones ciudadanas y partidos para generar condiciones de gobernabilidad”.
Que a los actores políticos del Estado de México y a las autoridades electores se les convoque para que expresen públicamente que van a respetar la ley, dice mucho de la credibilidad, de la eficacia y de la corrupción que existe en los procesos. Los partidos, por su lado, dijeron que respetarán el Estado de Derecho.
Uno de los analistas electorales más importantes del Estado de México es Juan Carlos Villarreal Martínez, quien dirige el Centro de Planeación Estratégica y Prospectiva Política (Ceplan), ha encontrado una diferencia de 13 puntos entre Gómez y Del Moral.
“Surgen dos hipótesis opuestas: por un lado desde el PRI estatal asumen que siempre comienzan abajo y terminan ganando. Sin embargo, los datos empíricos, del 2021 y 2022 indican que Morena puede ganar, como ha sucedido en todos los casos [en los] que inició encabezando las preferencias. Ambas posiciones son reforzadas por los datos duros del 2021 en el Edoméx y estará muy polarizada la elección”. Concluye que será una elección muy polarizada y apunta desde ahora que “quien cometa menos errores puede marcar la diferencia, para mantener la ventaja o acortarla”, que además “serán los indecisos e independientes, quienes inclinen la balanza”, y que “ese grupo es el más beligerante y volátil, pero actúa racionalmente; la mejor propuesta será determinante”.
El Acuerdo es de antología y en realidad se trata de una advertencia de lo que está por venir. Los actores políticos se comprometen a respetar las leyes electorales, a llevar la fiesta en paz, a respetar el voto ciudadano y no promover el acarreo; a no usar programas sociales estatales ni federales para el pago de esos acarreados; no habrá violencia ni agresiones de ningún tipo.
Se trata, más bien, de un pacto de no agresión, aunque para eso está la ley, para hacerse respetar. Pero no será así, porque quienes participan tienen fama de marrulleros y quienes aplican la ley, también.
