Miguel Alvarado
Toluca, México; 29 de agosto de 2019. No solo habitantes de municipios del sur del Estado de México impulsan una vez más la creación del Estado Calentano, en unión con municipios norteños de Guerrero y Michoacán. También otros territorios lo intentan desde hace años sin suerte. Tales son los casos de la zona norte de Toluca, conformada por los pueblos de Huichochitlán, Autopan y Cuexcontitlán, entre otros, también se organizan desde hace años para lograr su emancipación política y convertirse en municipio, alegando las mismas razones que los habitantes de Tierra Caliente. Otros territorios que han buscado su emancipación en los últimos años son el oriente de Ecatepec, la zona norte de Neza, Chalma, que pertenece a Malinalco y San Pablo de las Salinas en Tultitlán.
La iniciativa para formar el estado calentano es antigua y a pesar de que se ha propuesto otras ocasiones, no ha podido impulsarse de manera adecuada. Los municipios involucrados en ella tienen algunos denominadores en común, además de la geografía: la pobreza extrema, la presencia del narco empoderado desde las presidencias municipales; la actividad minera en la extracción del oro y el uranio; la riqueza natural en agua y agronomía; la migración constante y el abandono de sus respectivos gobiernos estatales.
Hace 23 años se habló de manera pública acerca de la intención de crear el estado 33 del país y después en 2003, un nuevo intento que pretendió crear el estado de Tierra Caliente, recabó firmas en 18 municipios de las tres entidades involucradas. En aquel año estaban involucrados 11 municipios de Guerrero, 4 del Edoméx y 3 michoacanos, que entre todos sumaban una extensión cercana a los 45 mil kilómetros cuadrados cuyas necesidades a la fecha no son atendidas de manera adecuada por los gobiernos estatales.
El periodista Nevth Condés, recientemente asesinado en Tejupilco, decía de la Tierra Caliente que “fue segmentada y diferenciada geográfica y culturalmente por los que viven y vivieron en ella, así (como) por sus vecinos, aquellos que no quisieron o no quieren, ni creen pertenecen a ella. Ambas ideas, la de pertenencia y de exclusión a la región, se encuentran siempre en tensión, se alían a intereses económicos, políticos y sociales en disputa por el usufructo de los recursos naturales, convertidos a su vez en recursos económicos, políticos o simbólicos; por ello, los límites regionales se modifican constantemente. Aunque el término que designa a la “Tierra caliente” se mantiene, las fronteras que la definen, los criterios de inclusión o exclusión, y la manera en que esta se imagina han cambiado significativamente con el tiempo”.
Esta región, formada por los municipios que están en la orilla de los estados de México, Guerrero y Michoacán. El periodista también da una explicación acerca del origen de los nombres de los pueblos, algunos asociados a la idea del calor: Ario podría derivar de Jario, uno de los nombres de la Tierra Caliente, Aparanda proviene de Apareni “tener calor”, Chupio es literalmente “Tierra de Fuego” y Jurio es el nombre que actualmente se le asigna a la Tierra Caliente por los purépechas”, refiriéndose a la parte michoacana.
La nueva versión del estado calentano prepara una reunión entre 25 municipios, de los cuales nueve son de Guerrero, ocho de Michoacán y otros ocho del Estado de México, según información del reportero Juan Carlos Lara, del portal sureño Apocaliptic.com: “la intención calentana no es nueva, inició en 1996, aunque en ese momento no adquirió mucha fuerza pues el lado mexiquense se abocó a promover la conversión de Luvianos (en ese entonces perteneciente a Tejupilco) en el municipio 123 del Estado de México”.
Los municipios que integrarían al estado calentano por Guerrero son Ajuchitlán del Progreso, Arcelia, Coyuca de Catalán, Cutzamala de Pinzón, Pungarabato, San Miguel Totolapan, Tlalchapa, Tlapehuala y Zirándaro. Por Michoacán aparecen Huetamo, Turicato, Tiquicheo de Nicolás Romero, Tuzantla, Nocupétaro, Carácuaro, Churumuco y San Lucas y por el Estado de México están Tejupilco, Luvianos, Amatepec, Tlatlaya, Zacazonapan, Otzoloapan, Santo Tomás de los Plátanos e Ixtapan del Oro.
